Aragon Valley Classic: Cuando la ingeniería sanitaria recomendaba el amianto

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Por mucho que se repiten las historias, es sorprendente la evolución de lo que en algún momento fue una brillante y aplaudida innovación para convertirse con el tiempo en algo intrascendente o, incluso, prohibido.

El amianto es un ejemplo claro de ello. También de cómo el ser humano tiene poco en cuenta los riesgos asociados de los avances tecnológicos, aunque estos puedan ser incluso mortales.

amiantoEl amianto o asbesto es un material compuesto de fibras largas y resistentes de silicatos. Sus propiedades mecánicas, químicas, aislantes y de resistencia a altas temperaturas hicieron del amianto el material ideal para muchas aplicaciones: materiales de construcción, papel, embragues y frenos de automóviles, envases, pinturas, revestimientos, ropa e incluso en alimentos.

Su utilización se conoce desde hace muchos siglos, aunque su empleo masivo se produjo a partir del siglo XIX.

Lo peculiar del caso es que su peligrosidad se conoce también desde el principio. Los romanos incluso sabían de la enfermedad de los pulmones de los esclavos que vestían prendas de amianto. Su riesgo fue reconocido durante todas las etapas de la historia, pero siempre se siguió usando.

la_casa_higienicaUn caso extremo de esta paradoja lo he descubierto en una de las últimas reliquias que he encontrado en el mercado de Sant Antoni de Barcelona, este manual de ingeniería sanitaria de 1904, en el que se destaca la eficacia de los filtros para agua potable fabricados con amianto, cuya aplicación se recomienda. Mientras casi al mismo tiempo, en 1906, se diagnosticaba en Londres el primer caso de fibrosis pulmonar por asbesto a una trabajadora de una fábrica textil.

Sin embargo la utilización del amianto siguió en aumento, alcanzando su punto máximo en la década de 1970. En la vieja casa del pueblo donde veraneas, hay amianto.

No fue hasta los años 1980 cuando se decidió que los productos relacionados con el amianto eran causantes de cáncer severo. En los 2000 empezó a prohibirse en los países más desarrollados (en la EU fue totalmente prohibido desde 2005).

Hoy, aunque se sigue usando en los países en vías de desarrollo, el amianto es una de las grandes obsesiones de las normativas de seguridad y salud de los países más avanzados.

Pero la historia del amianto no termina aquí. Se esperan las secuelas de su uso y abuso en al menos una generación de trabajadores de los países desarrollados expuestos durante su vida laboral.

Además, desaparecerá el amianto, pero otros nuevos ingenios surgirán para sorprender a la humanidad en un primer momento y asustarla después. Quizá alguno ya los conoces, incluso es posible que los hayas regalado las pasadas navidades.

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(1) IX Filtros de amianto, Ingeniería sanitaria – La casa higiénica, Don Juan Avilés Arnau, librería editoria de Bailly-Bailliere e hijos, Madrid, 1904