El tipo de decisiones políticas que desmontan el proyecto europeo

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El Tribunal de Justicia de la EU publicó el pasado mes de septiembre una nota rechazando una interpretación que la Comisión Europea hizo del reglamento REACH (relativo al Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias y preparados Químicos) [1], interpretación según la cual los productores, importadores o suministradores de artículos no debían comunicar a las autoridades e informar a los consumidores sobre la concentración de sustancias “de muy alta preocupación” cuando éstas formaban parte de artículos compuestos en menos del 0,1% de la masa total del artículo final.

Con su poco justificada interpretación del reglamento REACH, la Comisión Europea se decidía por una posición favorable a la industria, en un asunto serio que tiene que ver con la salud de los ciudadanos. Y es esta decisión la que ahora el Tribunal de Justicia rechaza, requiriendo a los fabricantes, importadores y suministradores que cumplan la normativa.

Los aspectos técnicos y antecedentes del caso —disponibles en la propia nota pública del Tribunal de Justicia de la EU—  son un tema colateral. Lo que resulta realmente incomprensible del caso es que un organismo de la naturaleza de la Comisión Europea adopte semejante posición, cuya secuencia completa que se proyecta al público es la siguiente:

  • en primer lugar, la Comisión toma una decisión en contra de una norma de la propia Unión Europea, basándose en una interpretación incomprensible y errónea, como así lo ha estimado la Justicia. Esto lleva a preguntarse dos cosas: o que la Comisión Europea no conoce las normas europeas o que, simplemente, se las pasa por el arco del triunfo. Me decanto por la segunda opción;
  • dentro del legítimo juego de influencias e intereses que tienen los distintos actores, la Comisión Europea entiende que debe posicionarse en favor de una industria, aún a riesgo de perjudicar a los ciudadanos en un aspecto clave como es la salud.

Este contexto genera para el ciudadano mucha incertidumbre desde varios puntos de vista:

  • desde el punto de vista de la seguridad jurídica, un organismo cuyas tareas son —entre otras— proponer normas o hacer que se cumpla la normativa [2], incumple las propias normas europeas y tiene que ser rectificado por un órgano de justicia a instancias de terceros;
  • si las políticas y presupuestos europeos de cuya aplicación y gestión también se encarga la Comisión [2] son utilizados en contra de los intereses de los propios ciudadanos, resulta difícil pensar que dicha gestión obtenga un respaldo necesario.

Si el proceder de los organismos europeos como el de este caso concreto del REACH, se reproduce —como está ocurriendo— a otros asuntos importantes de ámbito económico, social y medio ambiental, el destino de Europa es uno: perderse en el tiempo como una lágrima en la lluvia.

El tipo de decisiones políticas que desmontan el proyecto europeo

Ayer mismo acudí a una jornada en Barcelona sobre comunicación y marketing y una de las cosas que los ponentes apuntaron como clave es no tratar al cliente como un estúpido. Bien, pues cuando los políticos y «tomadores de decisiones” recurren a términos como “populismo”, “radicales”, etcétera, para valorar lo que está pasando actualmente en muchas regiones de Europa y resarcirse así de la responsabilidad de sus acciones, lo que además demuestran es tener poca solvencia integral.

Referencias:
[1] COURT OF JUSTICE OF THE EUROPEAN UNION. 10 sept 2015. Press release Nº 100/15. Articles incorporated as components of a complex product must be notified to the European Chemicals Agency when they contain a substance of very high concern in a concentration above 0.1%.EU_Court_Justice_sept_2015_REACH. Consultado 28 oct 2015;
[2] COMISIÓN EUROPEA. 27 oct 2015. Acerca de la Comisión Europea. http://ec.europa.eu/about/index_es.htm#what-we-do. Consultado 28 oct 2015