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Una empresa saludable es aquella en que los trabajadores y el personal superior colaboran en la aplicación de un proceso de mejora continua para proteger y promover la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores y la sostenibilidad del lugar de trabajo [1].
Actualmente, existe un amplio rango de acciones concretas que están englobadas bajo el modelo de trabajo saludable y que abarcan cuatro grandes planos de las empresas:
- el ambiente físico del trabajo;
- el ambiente psicosocial del trabajo;
- los recursos personales de la salud;
- participación de la empresa en la sociedad.
En la práctica, aunque los primeros modelos reconocidos de empresa saludable se dieron en las grandes multinacionales -principalmente norteamericanas- a finales del siglo XX, es en los últimos años cuando el concepto ha emergido masivamente en las organizaciones.
Hoy, el término empresa saludable está automáticamente asociado a anhelados conceptos de conciliación de vida personal y laboral, empresas adaptadas a la globalización, las características demográficas, los nuevos modelos organizativos o el uso innovador de las nuevas tecnologías.
Existe incluso un certificado de empresa saludable de reciente implantación bajo modelos de entidades de reconocido prestigio [2], que en España sólo ostentan un grupo de organizaciones que se cuentan con los dedos de las manos.
En una palabra, empresa saludable es tendencia.
Por eso, comprenderás mi sorpresa al leer una de esas reliquias que me aportan una información difícilmente se puede encontrar en Internet: este libro de 1929 “Elementos de Higiene Industrial” [3].
Como le ocurría a la colección de posters de principios del siglo XX sobre seguridad del Archivo Nacional de Cataluña, los mensajes sobre salud laboral en la década de 1920 eran similares a los que divulgados hoy en día bajo el novedoso concepto de empresa saludable.
“El higienista […] no basta que preconice buenas condiciones de salubridad en las fábricas y talleres sino que ha de aconsejar a éste (el obrero) que fuera de los centros de trabajo se atenga asimismo en lo posible a las buenas normas sanitarias”.
Bajo esta premisa, se recogen en en libro toda una serie de acciones concretas que, con los matices propios de la época (que resultan curiosos e incluso simpáticos), podrían valer como catálogo de iniciativas para las organizaciones más vanguardistas y exigentes de hoy en día:
- Fomento de una salud física y mental, como forma de vida, más allá del trabajo:
“[…] (el trabajador) procurará dar paseos al aire libre para oxigenar su organismo y buscará el solaz de espíritu»
- Alimentación en relación con el trabajo profesional:
“La calidad y la cantidad de estos elementos son siempre algo fundamental para la buena marcha de la máquina» (el cuerpo)
- Actividades físicas y gimnasia según la profesión:
«[…] la educación física tiene por objeto el cultivo de las energías individuales y fomenta el desarrollo orgánico de tal modo que mejoran visiblemente todas las cualidades personales y logra seres más aptos para el trabajo”.
“Se ha comprobado […] que el promedio anual de bajas por enfermedad es sensiblemente más reducido en aquellos que practican sistemáticamente la cultura física»
“Elección del deporte según la profesión. […] Es menester relacionar siempre la profesión con el deporte»
- Medidas organizativas bajo la premisa básica de “ningún trabajo que esté en evidente desproporción con las fuerzas disponibles” y que incluyen el establecimiento de cifras límite en el esfuerzo diario, pausas en el trabajo, entrenamiento y estudios ergonómicos;
- Instalaciones para el desempeño de actividades en el propio centro de trabajo:
«Colonias industriales […] con mutualidades, economatos, clubs deportivos, etc.»
- Tiene incluso apartados específicamente dedicados a algunos vicios sociales en su relación con el trabajo como el alcoholismo y el tabaco.
“[…] el vicio crea malas constituciones y lleva más o menos pronto al abandono de la profesión»
Estos y algunos otros aspectos, desarrollados técnicamente con gran detalle que me hacen pensar que quizás la empresa saludable de la década de 1920 no era muy diferente a la de hoy en día.
Referencias: [1] WORLD HEALTH ORGANIZATION. Ambientes de trabajo saludables: un modelo para la acción. 2010. http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/44317/1/9789243599311_spa.pdf?ua=1. Consultado 20 jun 2014. [2] AENOR. Certificación empresa saludable. 2012. http://www.aenor.com/documentos/certificacion/folletos/w_certificacion_empresa_saludable.pdf. Consultado 20 jun 2014. [3] OLIVERAS DEVESA Mario, SOLER DOPFF Carlos. 1929. Elementos de Higiene Industrial. Librería Bosch. III Elementos fundamentales de la higiene personal del obrero.
1 comentario en «Aragon Valley Classic: Empresa Saludable, la tendencia actual que ya existía en la década de 1920»
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