I (don´t) feel devotion

Euroleague_I_feel_devotionEsta semana, el F.C. Barcelona jugó partido de eliminatoria de Euroliga en Atenas contra Panathinaikos. El Oaka, pabellón donde se jugó el partido, es propiedad de la Administración griega y tiene una capacidad oficial de 18.500 espectadores.

En el Panathinaikos-FCB de esta semana, se habla de una asistencia de 30.000 espectadores. Las imágenes en directo evidenciaban una masificación en las gradas fuera de lo normal: los sectores de asientos no se distinguían, tampoco los pasillos de acceso. El espectacular aspecto del propio arena ha sido motivo de admiración. Así se llenó:

Infierno, pesadilla, etcétera son los calificativos que inspiró el ambiente entre los seguidores y periodistas. Bengalas y una red colocada en el perímetro de la cancha hasta el techo. A mí el Oaka me recordó el miércoles a la cúpula del trueno al más puro estilo Mad Max. «Dos hombres entran, uno sale». Este es el poco margen de humor que el caso permite.

Oaka_PAN_FCB_apr_2013Por suerte, fue todo un espectáculo.

Acumulación de casos graves.

El martes de esta misma semana, antes de este famoso partido, el presidente de Panathinaikos fue multado con 150.000€ por la Euroliga, como colofón a unas declaraciones suyas y a una cadena de incidentes protagonizados por el club heleno de forma reiterada.

Parece que este mecanismo no ha dado los resultados deseados. Para el quinto partido de la eliminatoria, en Barcelona, Panathinaikos paga el vuelo a 100 «creyentes» para que acudan a la «guerra». «Los que eran los 300 de Leónidas, ahora serán los 100 del Panathinaikos». Así ha salido esta vez el presidente.

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El pasado 7 de marzo, tras el partido de Euroliga entre Zalguiris y Real Madrid, Rudy Fernández fue agredido por una pareja de aficionados radicales del equipo lituano.

La Euroliga sancionó con 25.000€ a Zalguiris y prohibición de acceder a los agresores a cualquier evento deportivo organizado por Euroliga. «Garantizaremos que nuestros eventos estarán siempre en línea con los valores universales del deporte. No toleraremos la violencia», comunicó el organismo.

La semana siguiente, Zalguiris jugaba partido de Euroliga en Moscú contra CSKA. Allí estaban los gemelos Maciai.

Síntomas de incapacidad permanente.

Estos son sólo casos recientes de una larga lista. Se está jugando con la suerte. En el último caso del Oaka, las autoridades griegas como propietario, Panathinaikos como club usuario, Euroliga como organizador de la competición.

El baloncesto en Europa es un deporte sacrificado, necesitado de dosis de espectáculo. El partido del miércoles fue una buena inyección, pero el fin no justifica los medios: El riesgo que se corrió es inaceptable. No hay justificación posible, ni económica, ni deportiva, ni de publicidad para este insano desarrollo.

Existen modelos absolutamente exitosos a imitar en el ámbito deportivo y más concretamente en baloncesto (NBA). Es hacia allí a donde quiere llegar, dice, el baloncesto europeo.

El del Oaka ha sido el penúltimo episodio que deja a la Euroliga a la altura del barro. Contrariamente a las declaraciones públicas y statements de la organización, la calidad de la Euroliga está deteriorándose por momentos, con situaciones esperpénticas. Y, lo que es peor, una tragedia está estadísticamente a la vuelta de la esquina de no intervenir con solvencia un ente superior en el rumbo que está marcando Euroliga.