La paradoja de la simplicidad aplicada a la prevención

La simplicidad es la culminación de un proceso que lleva intrínseco el conocimiento perfecto de una disciplina; de haber experimentado, fallado y corregido tantas veces como hubiera sido necesario; de conocer empáticamente las necesidades del cliente;…. Sólo entonces, cuando se tiene control de absolutamente todo, es cuando se puede llegar a una solución y presentarla con una solvencia total. Un resultado que será de un tamaño minúsculo en relación con todo lo que lleva detrás, pero que concentra toda la esencia: conocimiento, experiencia, trabajo. Una solución que puede llevar mucho tiempo encontrarla. Es entonces cuando se llega a esto:

Sencillez y experiencia de cliente, dos conceptos que como se repiten como un mantra en los nuevos tiempos.

Qué tiene que ver la prevención de riesgos con esto?

Creo que mucho.

El desempeño de la actividad de prevención de riesgos está íntimamente relacionado con un amplio rango de disciplinas que incluye la ingeniería en sus múltiples especialidades, el derecho, ciencias, psicología, etcétera.

Detrás de la prevención de riesgos laborales, hay una complejidad y se requiere una especialización similares a las que puede haber para fabricar un iPhone o crear el mejor motor de búsqueda de Internet.

Por otra parte, el desempeño de la actividad de PRL va destinada a unos clientes tan definidos como los tiene cualquier otra actividad y sus requerimientos pueden ser igual de exquisitos.

Es cierto que el entorno que rodea a la prevención de riesgos en Europa y especialmente en España es peculiar, marcado por una metaregulación y un entramado de Administraciones.

En algo ha fallado el sistema.

Este entorno condiciona, y mucho. Hasta el punto que después de años dedicados a conocer la actividad; de haber experimentado, fallado y corregido tantas veces como hubiera sido necesario; de conocer empáticamente las necesidades básicas del cliente;…. el producto que le llega a nuestro cliente es este:

Y que ocupen lugar tan destacado entre los clientes las -impuestas- Administraciones, normativas, trámites burocráticos,… Cliente equivocado.

Cambiar las cosas.

Respetando la normativa y Administraciones existentes, creo que es una obligación de los que nos dedicamos a esto el intentar cambiar las cosas.

Satisfacer en primer lugar y directamente al cliente más importante, que es la empresa, sus trabajadores, sus directivos,… El producto resultante de un trabajo destinado a este cliente llevará automáticamente a una simplificación, después de haber pasado por todos los pasos del proceso: conocer, experimentar, fallar, corregir, conectar con el cliente.

Es un reto apasionante: De actuar aplicando «el manual» escrito en las normas, a conseguir un dominio profesional de la disciplina que la posicionará en el status que le corresponde dentro de las organizaciones, sociedad incluida.

Sabéis qué?. Creo que la tendencia de la prevención de riesgos irá más pronto que tarde por este camino.

De hecho, algunos ya lo han tomado…..

1 comentario en «La paradoja de la simplicidad aplicada a la prevención»

Los comentarios están cerrados.