Una nueva y maravillosa dimensión para la educación y el conocimiento

This post is also available in: English

Desde hace dos semanas estoy enrolado en un curso titulado “el cambio climático en 4 dimensiones”. Lo estoy recibiendo de la Universidad de California – San Diego.

Quizá te estés preguntando cómo me las apaño para recibir un curso de una universidad que está a miles de kilómetros de donde me encuentro y compatibilizarlo con mi actividad profesional, vida personal y ocio.  MOOC_Massive_Open_Online_Course_logo

La respuesta está en una relativamente nueva iniciativa de educación y conocimiento denominada MOOC (en español, «cursos en línea masivos y abiertos»).

Bajo este acrónimo inglés se califican una serie de plataformas en Internet que ofrecen multitud de cursos de áreas muy diversas de universidades de todo el mundo. Las principales (plataformas) son eDX, Coursera, Udacity y, en español Miríada X.

Experiencia tras dos semanas de clase

La denominación “curso” se queda corta. Muy corta cuando se compara lo que se ofrece en estas plataformas con lo que se ha llegado a calificar de curso en el entorno más tradicional.

En la práctica, lo que recibes a través de tu ordenador son vídeos con las mismas clases que se dan en universidades de todo el mundo, que en determinados casos puede tratarse de clases de los más prestigiosos profesores de áreas determinadas. Es decir, estás ante unas clases de nivel excelente. No puedes interactuar con el profesor y el resto de compañeros, lo cual es una limitación relativa.

Poder presenciar cosas así es, directamente, mágico:

Estudiar La Divina Comedia de Dante, profundizar en las erupciones volcánicas o una introducción al pensamiento jurídico. El catálogo es amplio y crece rápidamente.

En mi caso, a través de la plataforma Coursera recibo clases de profesores de la Universidad de California San Diego que son a la vez científicos de primer nivel de, por ejemplo, el Observatorio de Mauna Loa donde se mide el nivel de referencia mundial de CO2. O séase, un privilegio impensable hasta hace poco tiempo.

En paralelo, multitud de referencias bibliográficas y una serie de actividades y test completan el programa de cada curso y permiten profundizar en el tema hasta un nivel de especialización cuyo límite lo pones tú. Todo el curso es gratis.

Si sigues las clases, haces las actividades requeridas y superas las pruebas establecidas, puedes pagar para conseguir un certificado o incluso créditos oficiales de la universidad correspondiente.

Hay que decir que los requisitos mínimos para superar los cursos y acceder al certificado o créditos oficiales son, en general, menos exigentes que los que me he encontrado en otros estudios universitarios que he hecho en modalidades más tradicionales. Pero, como digo, se trata de un mínimo y que puedes profundizar en las materias todo cuanto quieras. A las universidades les sirve y a mi también.

De hecho, tal es mi nivel de satisfacción que estoy dispuesto a pagar por el reconocimiento oficial (cuatro créditos de la UC San Diego) de mi curso “cambio climático en cuatro dimensiones”. Decididamente, quiero que forme parte de mi curriculum.

Este modelo de educación está en sus orígenes pero, de asentarse y seguir evolucionando como todo apunta, estamos ante un proyecto de lo más apasionante e importante de los últimos tiempos: conocimiento compartido para todo el mundo. Una nueva y maravillosa dimensión de la educación y el conocimiento.