Reciclaje de basura (parte II): La parte detestable del reciclaje

Por desgracia, el sistema de reciclaje de basuras implantado en la Planta Integral de Valorización de Residuos de Sant Adrià de Besòs (Barcelona) es sólo un ejemplo de buenas prácticas en la gestión de residuos sólidos urbanos. Digo «por desgracia», por tratarse de un caso excepcional que no es que sea raro de ver en otras ciudades españolas, si no que resulta insuficiente para el volumen de residuos generados en la propia ciudad: La mayoría de los residuos allí generados va todavía a vertederos que en muchos casos son valles enteros rellenados de basura y así seguirá siendo durante tiempo. Ahora, se les llama ecoparques por aplicarse técnicas de aislamiento, mantenimiento, explotación y restauración paisajística para minimizar un impacto de magnitud desconocida a largo plazo.

reciclaje de basuras - vertedero_garraf
Vertedero del Garraf

Sin embargo, lo más criticado respecto de la gestión de residuos es la eficacia en sí de la gestión del sistema de separación de residuos. Ha habido casos que justifican el escepticismo y falta de confianza de los mismos ciudadanos en el sistema, como el caso del que me enteré mientras estuve trabajando en Murcia estos años atrás: Resulta que los residuos que los murcianos depositaban en contenedores distintos, se mezclaba posteriormente en el vertedero. Este mismo mito, se ha repetido con mayor o menor explicación en muchos otros lugares de España, convirtiéndose en auténtica leyenda urbana.

Otro aspecto muy criticado es el hecho de que el reciclaje de residuos es una actividad que genera beneficios para empresas privadas (en forma de materia prima para industrias de plástico, vidrio, papel,…) beneficiadas por la buena voluntad del ciudadano que, bajo el sistema urbano de separación de residuos, se convierte de lleno en parte de su cadena productiva sin a cambio recibir contraprestación. Es más, las tasas municipales de basura no dejan de subir.

Ello, sumado al gran coste directo que suponen los servicios municipales de limpieza para las cuentas de los ayuntamientos (En Zaragoza, la contrata más cara de la historia fue la adjudicada a FCC para la limpieza de la ciudad) sin la sensación de que el servicio suponga una gran mejora, hace que todo lo que rodea a la gestión de residuos municipales en España no goce de buena reputación y respaldo entre los ciudadanos.

Pero lo que pueden tacharse de argumentos más o menos sesgados, pierden toda su subjetividad cuando aparecen los números que, en el caso español, dejan en evidencia el sistema:

municipal_waste_europe_2011

Hasta aquí el aporte de hoy de argumentos -que no son pocos- en los que suelen apoyarse las personas que siguen negando su implicación en el sistema de reciclaje y no reciclan.

A pesar de todos esos argumentos, no reciclar es una posición que no comparto porque creo que la cultura y actitud medioambiental de los ciudadanos debe permanecer por encima de lo que las administraciones son capaces de asumir. No reciclar es un paso atrás que nos empobrece como habitantes de la Tierra y perjudica colectivamente a la sociedad al entrar en bucle de ineficiencia. Por eso, mi voto en la encuesta que he habilitado en la barra lateral (abajo si lees esta web desde dispositivo móvil) es SÍ RECICLO.

Y tú?.

 

1 comentario en «Reciclaje de basura (parte II): La parte detestable del reciclaje»

  1. Comparto la reflexión final. Son las administraciones las que deberían adaptarse a las necesidades de los ciudadanos, no el ciudadano a la capacidad de gestión de la administración. Si no es así, resulta complicado que el sistema mejore.

Los comentarios están cerrados.