Así es “La Sociedad de la Tierra Plana»

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El medioambiente en general y el cambio climático en particular son actualmente, como se diría en lenguaje de Twitter, trending topic, tendencia. Están en primera línea allí donde se manifiestan: son tema de portada habitual en los medios, forman parte de los planes estratégicos en las organizaciones de todo el mundo, están presentes en los programas de los estados, en las agendas y discursos de los que toman decisiones políticas más importantes, en los planes educativos de las universidades más prestigiosas, es objeto de activismo por parte de los personajes más influyentes del planeta, incluso cada día más en cualquier conversación que tienes con alguien. Se espera incluso una encíclica sobre el medio ambiente en la Tierra de “el sucesor de Pedro”, el Papa Francisco.

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La bandera del cambio climático es el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, Naciones Unidas).

Se ha alcanzado un nivel de solvencia de los datos del cambio climático y un consenso científico, político y social abrumador, casi absoluto. El 97% de los científicos respaldan las causas humanas del cambio climático y no hay político que se atreva a cuestionarlo si no quiere ser objeto de crítica y hasta de sarcasmo.

Digo consenso casi absoluto, porque hay por el mundo una serie científicos (ese 3% cada vez menor), personajes vinculados a la política y ciudadanos en general que son escépticos o que directamente rechazan el factor humano del cambio climático. Son lo que Obama llama “La sociedad de la tierra plana” (Remarks by Obama on climate change, Georgetown University Washington DC, 25 de junio de 2013), relacionándolos irónicamente con los que siglos atrás consideraban herejía la idea de que la Tierra era redonda (y que siguen existiendo, por cierto).

Ese es el punto, tan reducido es su número como el crédito que tienen sus argumentos. De hecho, han adquirido el papel de activistas, de alternativos, rebeldes, lo cual no deja de ser curioso: activistas contra los activistas, o contraactivistas del cambio climático.

Bien, pues hace unos días tomó repercusión un informe (El cambio climático reconsiderado II, 31 de marzo de 2014) de una de las principales  organizaciones de “la sociedad de la tierra plana” que se llama NIPCC, Grupo No Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (como siguiendo con la guasa del asunto).

Cuando ojeas el informe te das cuenta de porqué son objeto de esa cierta ironía. Son capaces de razonar su posición con argumentos como:

«[…] temperaturas más altas y una concentración de CO2 más elevada estimulan considerablemente el crecimiento de casi todas las plantas […]»

“[…] sea cual sea la señal humana en el clima global, ésta es tan pequeña que puede ser incluída dentro de la variabilidad natural del sistema climático y no es peligrosa […]»

“[…] la política climática más prudente es prepararse y adaptarse para futuros acontecimientos y cambios climáticos peligrosos, sean cuales sean sus orígenes […]»

«[…] Los políticos y la administración pública deberían resistir la presión ejercida por los lobbies en silenciar a los científicos que cuestionan la autoridad del IPCC de hablar en nombre de la ciencia del clima […]»

«[…] el pensamiento de moda, según el cual las emisiones humanas de CO2 van a causar un peligroso calentamiento global […]»

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Frederick Singer, destacado científico, escéptico del cambio climático

A falta de datos justificados y bien trazados -a pesar de tener detrás un grupo de científicos solventes- la estrategia de esta sociedad es desacreditar los métodos científicos consensuados, lo cual deja al descubierto las reales intenciones de estos contraactivistas: a nada que se profundiza un poco, se encuentran vinculaciones con grupos con intereses políticos y económicos a los cuales las decisiones que requiere el cambio climático no les vienen nada bien.

Para cerrar el círculo de toda esta paradójica situación, hay que tener claro que en relación al cambio climático hay mucho discurso y programas, pero que las decisiones en la práctica no están a la altura de tales declaraciones y así está avanzando el deterioro del planeta. Es decir, que realmente ya les está yendo bien a las sociedades de la tierra plana como está funcionando todo.

La sociedad de la tierra plana: quizá no son tan pocos y cobardes, ¿no?