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El pasado viernes 1 agosto, hace justo una semana, fue un día de grandes tormentas en Aragón. Una de las más fuertes hizo un recorrido por tierras del río Gállego, incluyendo mi pueblo, Ontinar, donde no se veía algo así desde 1982:
[la banda sonora que incorpora el vídeo es para atenuar algunos comentarios poco apropiados]
Fue aún más impactante y demoledor en pueblos cercanos como Zuera o Alcalá de Gurrea, donde el tamaño y fuerza del granizo fueron así:
Te puedes imaginar el daño en cosechas, huertos, algunos elementos de las viviendas como ventanas o bajantes de agua o vehículos que no lograron ser puestos a cubierto. Las compañías de seguros, los talleres de chapas, pintura y lunas de vehículos y los carpinteros están teniendo trabajo extra este agosto.
En mi caso, temí además por el pluviómetro Netatmo que instalé pocas semanas antes en la casa del pueblo.
Una tormenta de esta fuerza y con granizo de semejante calibre es lo más similar a un ensayo mecánico «con fuego real». Los test de resistencia al impacto a los que se someten los materiales poliméricos consisten en pruebas de impacto de péndulos desarrollando trabajos de 0,5 a 7,5 julios (norma DIN 51222) [1].
En el caso del impacto por granizo, los ensayos que realizan laboratorios y empresas de reconocido prestigio [2], asumen que granizo de 30 milímetros de diámetro impactan con una fuerza que llega fácilmente a los 3,5 julios, y más de 7 si el granizo es mayor de 35 milímetros.
A granizo de este diámetro estuvo sometido el pluviómetro, con un comportamiento excelente que resolvió una de las grandes dudas que tenía cuando lo compré, el de su resistencia mecánica al granizo.
Referencias: [1] SEGUNDO BARROSO HERRERO, JOSÉ RAMÓN GIL BERCERO, ANA Mª CAMACHO LÓPEZ. Julio 2010. Introducción al conocimiento de los materiales y a sus aplicaciones, primera edición, segunda reimpresión. Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Páginas 515-586, “materiales poliméricos de interés industrial". [2] TÜV RHEINLAND. 17 sept 2013. Energía solar, TÜV Rheinland desarrolla nuevos ensayos más exigentes. http://www.tuv.com/es/spain/quienes_somos/press_es/press_releases_es/news_content_es_175558.html. Consultado 8 agosto 2014.
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Con tu explicación queda bastante claro que una granizada de verano aguantará, pero … y ahora que estamos en otroño y llegan las heladas nocturnas (intensas en según que zonas) con temperaturas diurnas todavía medianamente altas, los materiales del pluviómetro (yo también tengo uno desde hace poco) ¿aguantarán bien estos contrastes?. Es que al tacto el pluviometro parece bastante fragil y con el otoño, invierno y primavera por delante me quedan bastantes dudas de su aguante ante las inclemencias que están por venir.
Yo confiaría en el pluviómetro, pero después de ver que el módulo externo de temperatura y humedad no es compatible con el sol directo ni con la lluvia no se yo si no habrá más diseño que realidad práctica.
Y por cierto, hablando del módulo externo, ¿cómo lo has protegido del sol y la lluvia?. Yo es que no tengo ni una sola zona de protección contra ambos elementos a la vez y estoy pensando en algun tipo de carcasa que lo cubra pero que a la vez no interfiera en las mediciones.
Lo dejo aquí, que seguro que ya te voy cansando.
De todas formas muchas gracias por la información de la resistencia del pluviometro ante el granizo.
Aunque de nuevo el pluviómetro ha demostrado resistencia, tengo las mismas dudas que tú respecto a la durabilidad del material conforme pasa más tiempo expuesto al ambiente exterior. Y quizás más que al frío, al que temo es a la exposición a la radiación UV del sol. Lo iremos comprobando.
También comparto contigo, Abel, que el diseño prima más de lo que me gusta en este tipo de dispositivos, aunque también hay que decir que su función, la cumplen razonablemente bien.
El módulo exterior lo he colocado en un patio tipo pérgola, protegido de la lluvia y del sol directo durante todo el año. Allí funciona bien, aunque en ese espacio me consta que algún grado de más marca (2 ò 3ºC). Por eso, estoy pensando en colocarlo en una pared totalmente exterior con orientación norte, donde no reciba rayos del sol directamente en ningún momento del día a lo largo del año. Para protegerlo de la lluvia, he pensado en un pequeño tejadillo (60×40 cm de cubierta debe ser más que suficiente incluso para los días de “lluvia horizontal”) construido en madera (buen aislante térmico) con una capa de material impermeable en la cara superior del tejado. Colocando el modulo exterior bajo este pequeño tejadillo, a una distancia prudencial de la cara interior del tejado, para evitar disipación del calor que pudiera absorber el tejado en los días más calurosos, hacia el módulo.
Conozco otro fabricante que estuve mirando de este tipo de dispositivos, que me gustó bastante. Échale un vistazo en http://smartcitizen.me
Saludos,
David Mairal