Una de las cosas que he podido experimentar en los casi dos años y medio de trabajo en la planta solar térmica Puerto Errado II, son los recurrentes tópicos que en el ámbito laboral existen sobre el modo alemán y español de hacer las cosas.
Ya sabéis: Cuadriculados, improvisadores, planificadores, flexibles, metódicos, creativos, estrictos, puntuales, sensibles,…
Trabajar en un proyecto alemán ejecutado también con amplio número de trabajadores españoles me ha dado la oportunidad de ver cómo fluyen las relaciones cuando dos concepciones del trabajo diferentes coinciden.
Escribo este post, olvidando las opiniones surgidas en situaciones puntuales, más o menos viscerales, con personas concretas. Creo que no son representativas y que fomentan la difusión de tópicos mal fundamentados. La misma palabra «tópico» degrada en sí misma la razón de a lo que nos refiramos con ellos.
Cojamos un gráfico que represente de forma general las fases de un proyecto. Por ejemplo, este:
El alemán…
… por causas -como la educación- que son cosa de estudio aparte, da una tremenda importancia a la planificación y desarrollo. Es el elemento que marca el desarrollo el resto del proyecto.
Para ello, aportan la cantidad de recursos humanos, materiales, económicos, organizativos y de plazo que sean necesarios.
Las funciones, responsabilidades y autoridad que cada persona tendrá durante la ejecución del proyecto, quedan también definidos en esta fase.
La ejecución queda definida en la fase de diseño y planificación.
Modificar el proyecto fuera de la fase de diseño y planificación es complicado. Y este pensamiento está fuertemente integrado en la forma de pensar de cada trabajador. Salirse de su tarea, supone para un alemán causa de tensión y stress si no se hace por los cauces establecidos: instrucciones de un superior, modificaciones del proyecto acordadas por los responsables. Ven en ello, incluso, una invasión al área de responsabilidad de otra persona.
Para el español…
En su propia concepción, los proyectos son iguales en todo el mundo. Pero en la práctica, no es así. El origen de la diferente forma de entender qué es un proyecto está en gran medida en causas, como he dicho, que son objeto de estudio aparte (educación, sociedad,…).
En el caso español, además de esas causas, existe una asociación directa del concepto de proyecto con la construcción, un sector de perfil bajo que ha hecho mucho daño al país.
Es en este contexto en el que se explica por qué, al igual que otros elementos, el proyecto -entendido como un conjunto de documentos de diseño, planificación, ejecución, seguimiento y control, y todo el sistema de funciones, responsabilidades y autoridad que definen- ha perdido el peso que le corresponde dentro del proceso productivo.
Sólo en este modelo tiene justificación la importancia de la ejecución en relación diseño y planificación. Para un español, es parte de su responsabilidad hacer el trabajo de la mejor forma posible bajo sus patrones, pasando por alto, si es necesario, lo establecido en los documentos del proyecto o yendo sin problemas más allá de su área de responsabilidad.
Quiero insistir en que esta situación está muy influenciada por la importancia del sector construcción en España, actividad que tanto ha marcado tanto cualitativa como cuantitativamente. Hay que decir que hay otros sectores (energía, automoción,…) con altos estándares y con un grado de profesionalización.
El punto medio como solución.
Un diseño y planificación correctos son mejores que una ejecución improvisada de algo. Por los recursos (plazo, medios humanos, materiales y organizativos) y entorno (actitud de las personas, medio ambiente adecuado) con los que se cuentan en uno y otro caso. El modelo alemán lo pondera más. Y yo, también.
Sin embargo, hay momentos puntuales en que el diseño y planificación no hacen posible una correcta ejecución. Es entonces donde resolver con eficacia una situación no establecida o establecida erróneamente en un proyecto depende de la habilidad de las personas. Aquí, el español tiene más experiencia para idear una salida eficaz de la situación, sin la cual el proyecto se encallaría.
OJO!, no hacer de una situación puntual el modo de operar habitual…
Mi opinión es que el proyecto ha de ir guiado de forma absoluta por su diseño y planificación, pero hay que prever que puntualmente se van a dar situaciones imprevistas, y aportar los recursos necesarios para resolverlos cuando surjan es también fundamental.
Lo ponderamos?. 60-40 para los alemanes es mi valoración.
Cuál es la tuya?. Modelo alemán o español?.