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Esa es la conclusión que sale sideralmente reforzada después de ver los dos ingenios protagonistas de mi último post en PrevenBlog.
El primer caso es una furgoneta que observé mientras paseaba por las calles de Amsterdam durante un viaje en otoño de 2012. La llamo «la furgoneta electrógena» por estar equipada con un grupo electrógeno en su interior, un enchufe en su parte trasera para conectar las herramientas eléctricas y una chimenea en el techo para la extracción del humo del interior del vehículo.
Una furgoneta, un generador, un enchufe y una chimenea. Cosas de los más usuales pero que combinadas con ingenio se elevan hasta alcanzar el codiciado concepto de innovación:
El segundo ejemplo iguala o supera en sencillez al primero. Se trata de carteles publicitarios (de los promotores de esta iniciativa, IBM y Ogilvy) a los que se les incorpora en su diseño algo tan sencillo como una curva o varios pliegues para convertirse en funcional moviliario urbano: bancos públicos, rampas que mejoran la accesibilidad, marquesinas que protegen de la intemperie.
El resultado aquí lo tienes, mobiliario urbano sponsorizado:
Sin grandes presupuestos, ideas rocambolescas, búsqueda de una utilidad retorcida a las cosas y muchas otras burbujeantes propuestas se puede alcanzar la innovación más puntera y funcional.
Conoces o incluso has fabricado algún ingenio como estos para tu casa, en el campo, disfrutando de tus hobbies?. Mándame una foto y le dedicamos un post!