Los retos de la sostenibilidad global

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Tras mucho deliberar he querido empezar mi aventura en este blog planteando un marco de reflexión sobre dónde estamos y dónde vamos como especie, cuáles son nuestras prioridades, y cuáles son las herramientas y los obstáculos que favorecen o se interponen en nuestro camino hacia una sostenibilidad global con tres patas: la ambiental, la económica y la social. El enfoque es amplio dada la complejidad del tema, pero espero que disfrutéis de la lectura.

He oído que hay una maldición china que dice: “Ojalá tengas que vivir tiempos interesantes”, que a primera vista no parece una maldición, y que en realidad probablemente no sea china. Sin embargo, me resulta interesante su interpretación: los periodos en los que se concentra el cambio a menudo acarrean incertidumbre, crisis y víctimas. Son momentos en los que aflora el oportunismo y se acentúan las diferencias económico-sociales. Y son momentos en que el sistema se agita en las capas profundas, y donde la coordinación social y la aplicación de estrategias adecuadas se vuelven particularmente importantes (Lopes, Sachs and Dowbor, 2010).

Actualmente, es fácil encontrar razones que refuercen la idea de que vivimos uno de esos momentos. Sólo desde el punto de vista ambiental nos enfrentamos a un sinfín de retos cruciales: cambio climático, plásticos, pérdida de biodiversidad, especies invasoras, sobreexplotación, acidificación de los océanos, contaminación, … Y cada uno de estos  retos interacciona con los demás y tiene complejidades inherentes. Pero evidentemente, los problemas ambientales no son los únicos, y se agravan con otros como la superpoblación, la migración, la salud, las desigualdades, la economía o los conflictos (Pezzey y Toman, 2002). A la hora de coordinar esfuerzos deberíamos buscar la forma de optimizarlos para conseguir, en la medida de lo posible, que los beneficios de cada decisión sean máximos y los impactos mínimos. O al menos, en un mundo ideal, donde nuestro conocimiento llegara donde no llega, o donde nuestra manera de analizar todas las variables del que tenemos no estuviera tan limitada. Sin embargo, aún con los datos que tenemos claros, no parece que reaccionemos proporcionadamente, lo cual resulta bastante frustrante para la comunidad científica.

Fuente: Organización de las Naciones unidas

Hace poco leí un artículo que buscaba una explicación evolutiva al por qué, pese a tener la certeza de que existe el cambio climático y de que sus implicaciones son graves, nuestra reacción como especie no se ajusta. Parece ser que frente a la complejidad del mundo, difícil de procesar, buscamos respuestas sencillas, y reaccionamos mejor a amenazas directas. Esta forma de actuar nos es muy útil para ser capaces de tomar decisiones sin necesidad de realizar análisis profundos que nos bloquearían, pero puede no ser suficiente cuando el problema es más complejo. Esto se suma a nuestras limitaciones a la hora de entender escalas espaciales y temporales amplias o de evaluar los efectos indirectos de cualquier acción. Y por supuesto, la ignorancia prepotente y la desinformación, alimentadas en las redes, no ayudan.  Al final la inercia a escalas amplias prevalece, porque siempre hay problemas a escalas más cercanas, a los que podemos (o creemos poder) atribuir causas y consecuencias. Y ante la inevitable crisis buscamos culpables que se nos antojan más evidentes: la inmigración, los pobres, los ricos, los políticos, las multinacionales, los americanos, la religión… Creando un ambiente de tensión destructiva que siempre encuentra azuzadores. Y aqui nuestro mundo ideal se da de frente contra un muro y los científicos lloran de rabia.

Compilación de sesgos cognitivos ganadora en Kantar Information is Beautiful Awards 2016. Realizada por Buster Benson y John Manoogian III

Pero hay razones para no resignarse. Se suele decir que, también en China, la palabra crisis tiene el significado doble de peligro y oportunidad, cosa que no se cansan de recordar en las redes, y que también parece ser mentira (lo cual aprovecho para recordar lo importante que es publicar informado). El caso es que llevamos un tiempo ya en este mundo, y hemos conseguido cosas sorprendentes. Y ahora tenemos herramientas mucho más potentes; sólo tenemos que echar mano de la información científica, de la comunicación globalizada y de las alianzas internacionales y usarlas en nuestro beneficio. Son muchos los movimientos que se realizan a escala internacional movidos por la esperanza de cambio (como el ubicuo movimiento juvenil Fridays for future), y han ganado peso político muchas causas que antes se consideraban secundarias. Pero tenemos que aprender a remar en la misma dirección como especie, y definir qué olas merecen que nuestro viaje se altere, porque cuanto menos agresivos sean los picos y valles de nuestra evolución más viable será la sostenibilidad.

Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas

9 comentarios en «Los retos de la sostenibilidad global»

  1. Una crítica muy acertada desde una perspectiva global, que se estila más bien poco. Una lectura de ideas bien hiladas con final esperanzador es una fórmula que, al menos, a mi me ha llegado.

    1. Muchas gracias Alex por tu comentario. Me alegro de que hayas disfrutado de la lectura 🙂

  2. Diagnóstico de situación global hecho desde una perspectiva amplia y multicausal .
    Muchas gracias
    De los movimientos a escala internacional aparte del movimiento juvenil Fridays for future, ¿ se conocen algunos otros mas que emergan de otros sectores ?
    Mi duda es si la sostenibilidad global que describe la autora puede ser a la vez para la especie y para el planeta

    1. Hola Rosa, gracias por tu comentario!

      Siempre suele haber un sector preocupado por el medio ambiente, aunque tristemente suele estar muy politizado por la histórica dicotomía economía vs medio ambiente que ha llevado a que la parte medioambiental suela estar dominada por ideologías izquierdistas. Esto es una pena, porque sería lógico pensar que la protección del planeta donde vivimos es una inversión con beneficios a distintas escalas temporales (el declive de los servicios medioambientales y las catástrofes tienen un impacto económico enorme).

      En ese sentido la división entre especie y planeta no existe como tal, aunque nos forcemos a crear esa barrera. Los impactos sobre el medio ambiente repercuten en nosotros (se me ocurre a bote pronto la repercusión sobre nuestros cultivos de la pérdida de polinizadores, o la mejora de la calidad del aire, suelo y agua gracias a las plantas… pero los ejemplos son incontables). Existe desde hace un tiempo la idea de estimar el valor económico de esos servicios (https://bit.ly/31sbhgJ), lo cual me parece un punto de vista interesante.

      Sobre ejemplos de otros movimientos, dentro del perfil «joven concienciado» existen un montón: desde los esfuerzos locales por eliminar especies invasoras o proteger determinadas áreas hasta la recogida de plásticos en playas, que últimamente tiene un montón de adeptos. A nivel de educación/divulgación hay un montón de avances con respecto a otras épocas: cada vez estamos más concienciados de que hay que reducir el uso de plástico, valoramos mucho más los ecosistemas, … Y a nivel político se hace (hasta cierto punto) eco de ese interés social. Aún queda muchísimo recorrido y por cada buena acción hay malas que compensan, y me temo que nos pongamos como nos pongamos seguimos y seguiremos destrozando el mundo por encima de su nivel de recuperación por mucho tiempo…así que hay que seguir informando y cambiando actitudes. Por nuestro interés, y el del mundo 😉

      1. Por cierto, ¡también hay un sinfín de iniciativas empresariales! se me ocurren un montón de ejemplos que buscan la reducción, limpieza y reaprovechamiento de plásticos, la reutilización del CO2, el uso de textiles más ecológicos, la reducción del desperdicio de alimentos, la reutilización de basura, la descontaminación de agua, la búsqueda de energías más limpias, la creación de alternativas biodegradables a los plásticos… Lo malo es que su salida al mercado lleva tiempo, si resultan ser viables, y no suelen ser universales.
        Entre los que ya se están llevando a cabo, es muy interesante por ejemplo el proyecto The Ocean Cleanup, de Boyan Slat (un joven prodigio): https://bit.ly/31sbhgJ
        Espero no haberme enrollado demasiado, y haber respondido a tu pregunta jeje

        1. Lo voy incrementalmente comprobando conforme hago auditorías en empresas: la carrera hacia la sostenibilidad (especialmente en su dimensión ambiental) en la que están involucradas cada vez más organizaciones, y con niveles de autoexigencia cada vez más estrictos.

          El desempeño ambiental – sostenibilidad está hoy en un punto similar al que se encontraba el concepto de calidad hace unas décadas (1980s – 90s): está en un nivel de implantación y desarrollo incipiente y las organizaciones que hoy tienen un desempeño remarcable es este aspecto, marcan una diferencia con respecto a sus competidores.

          Hoy, existe una relación inequívoca entre desempeño ambiental y económico (lo cual cerrará el gap que comentas María, de asociar cuestiones de sostenibilidad a los valores de las personas). Hace unas semanas escribí sobre ello aquí http://www.aragonvalley.com/sostenibilidad-un-set-de-valores-y-estrategia-mayor-de-competitividad-para-las-organizaciones/#.XUv8jZP7QWo

          Por otra parte, todo esto que parecen buenas noticias, pueden no serlo del todo. Son suficientemente buenas cualitativa y cuantitativamente todas las iniciativas que van apareciendo? Hay que ser cada vez más claro con esto, no caer en la autocomplaciencia con lo realizado. Hay quien pone las cartas sobre la mesa bastant fuertemente. Os recomiendo leer a George Monbiot, e.g.

          Grandísimo artículo María!

          1. Jaja ¡¡gracias David!!
            Se agradece el punto de vista empresarial. La verdad es que mi conocimiento es limitado en ese campo, ¡pero haré caso a tus recomendaciones!

            Por lo que sé, hay muchísimo ‘greenwashing’ y ‘lavaconciencias’, tanto desde las empresas como desde la política, que nos dan una falsa perspectiva, aunque algo ayudan en lo de mantenerse positivos jeje.

            La comunidad científica es tajante en que no se hace lo suficiente. El pasado 29 de Julio fue el llamado día de la Sobrecapacidad de la Tierra (Earth Overshoot Day), es decir, el día en que se estima que agotamos la capacidad productiva de un año terrestre. Este día se adelantó al del año pasado (1 de Agosto), que a su vez se adelantó al anterior (2 de Agosto). Ni siquiera entro en Cambio Climático y sus desagradables ramificaciones.

            Sea cual sea el resultado final, creo que es importante mantenerse informado y priorizar causas. Y poner nuestro granito de arena para que cambien las cosas.

            ¡Un saludo a ambos!

    2. E.g. Extinction Rebellion. Te recomiendo una búsqueda en bruto en Google para ver la magnitud que está alcanzando el movimiento. Saludotes 🙂

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