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La trayectoria que está tomando el proyecto europeo, con Grecia como protagonista más reciente, es realmente desconcertante. No me refiero a la situación a la que se está llegando analizada desde el punto de vista político ni tampoco económico, ya que hace tiempo que tanto la mayoría de representantes políticos como muchos especialistas económicos perdieron la solvencia técnica, ética y profesional que se le supone a alguien que pretende dirigir ya no la Unión Europea, si no cualquier organización. Además, el asunto de Grecia es el último episodio de una secuencia que se remonta más allá de lo que haya pasado en los último meses.
La trayectoria europea es desconcertante por las repercusiones que están teniendo los acontecimientos políticos y económicos a nivel global, estratégico, sobre el camino de la Unión Europea como organización. Independientemente de las causas, lo que al final llega al ciudadano es auténtica incertidumbre y debilidad. Y pocas cosas peores para la sostenibilidad de una organización que la incertidumbre.
Todo esto es, además de triste, sorprendente. La Unión Europea y algunos de sus estados miembros a nivel particular, han dado multitud de ejemplos de una gestión responsable, participativa, profesional. En fin, todo lo que se pide a una organización solvente. Sólo en los últimos tiempos, y sin escarbar mucho, me vienen a la cabeza acciones como:
- referendums para decidir la titularidad de la red eléctrica en varias ciudades alemanas;
- consultas a ciudadanos y profesionales sobre la próxima estrategia de seguridad y salud en el trabajo;
- cuestionarios a ciudadanos y organizaciones sobre el reciclaje de residuos;
- la actitud abierta y cercana de muchos comisarios y representantes europeos como Lázsló Andor o Neelie Kroes, por poner sólo dos ejemplos cercanos a la temática de este blog;
- o la accesibilidad, predisposición, dedicación, respeto, transparencia y profesionalidad que puedes comprobar de manera directa en este blog por parte de, al menos, tres organismos europeos: la Semana Europea de la Energía Sostenible, el Instituto de Sindicatos Europeos (European Trade Union Institute, ETUI) y, sobre todo, la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA) que, más que un aliado estratégico de este blog, nos hemos tratado casi como compañeros de trabajo en algunas iniciativas concretas.
En resumen, que por cosas así, me gusta Europa y sorprende que este saber hacer no se aplique en todos sus niveles.
Da tristeza contemplar el comportamiento de los representantes políticos y económicos -la cara “b” de Europa- y ver el camino al que están arrastrando al proyecto europeo al completo ¿qué será de todas esas buenas organizaciones, iniciativas, acciones y actitudes?.
Que alguien quite de en medio a los irresponsables que ni la propia Europa se merece, antes de que el sueño se pierda en el tiempo, como una lágrima en la lluvia…
1 comentario en «Una Europa bipolar ¿antesala de una lágrima en la lluvia?»
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